jueves, 1 de septiembre de 2016

Ellas son así



Este post debería empezar con ¨erase una vez.....¨ pero resulta que este post va a tratar de mujeres reales, que están en mi vida de un modo u otro, aportando siempre, a pesar de las circunstancias, y no puedo más que tratarlas como princesas, de las que muerden la manzana y piden un vino, no de las de Disney,Así que se hace imposible poner ese encabezamiento.
Empecemos:

Hace dos semanas que no publico, he estado muy liada, y en estas dos semanas, mis chicas me han apoyado y sujetado cuando estaba a punto de caer, me han hecho reír, sentir guapa por dentro, me han dado alas y se han tumbado conmigo en el suelo,en silencio, a esperar que tuviera fuerzas para levantarme.

Las primeras de mis chicas son Rocío y Lola.

Ellas se han comido conmigo el momento de angustia, me han calmado, me han sacado del encierro y me han pintado una sonrisa, cada una a su modo. Han pegado a base de amistad el suelo que se desmoronaba bajo mis pies, soportándome la inseguridad y curándome las alas, sin juzgarme, de manera incondicional. Son de esas amigas que si te hacen algo, lo primero que te preguntan es : ¿ a quién tenemos que atropellar?. Y todo eso, a pesar de que ellas ya iban servidas de ración y media de problemas. Mil gracias a las dos por los abrazos, los besos enormes, los mensajes de buenos días para preguntar cómo estaba.... Gracias, una y mil veces.

La segunda es Rebeca.

Una mujer menuda, pero fuerte como un muro, que me regala momentos sublimes a base de audios de miniRebe ( lo siento, ya se le ha quedado). Ella es el tipo de mujer que, a priori, no tiene nada que ver conmigo, y quizás sean más cosas las que nos separan que las que nos unen, con la pequeña salvedad que, las cosas que nos unen, son fuertes, y a mil kilómetros, nos fumamos el cigarro de buenas noches y arreglamos el mundo. Es una persona a la que admiro, mucho además, ( ya te lo dije el otro día a ti personalmente) por su valía y valores, por su par de ovarios para ponerse el mundo por montera y sacar adelante su pequeño principado, por su ir de frente, aunque la hostien y por que a pesar de ser pequeña, es enorme. Gracias, a las dos.

La tercera es Cristina.

Es alegría, locura, momentos surrealistas, es la que cuando llega, empieza la fiesta. Sin ella, todo sería menos divertido, más ordinario y vulgar. Es nuestra pequeña, la que aporta la alegría y los momentos de más risa del día, la que me escribe para decirme que si necesito algo, cuente con ella y preguntarme si nos fumamos un cigarro. Es especial, y esconde mucha magia dentro de cuerpo menudo. Gracias, por existir y por dejarme conocerte. te adoro, enana.

Las cuartas son Marina y Laura.

Ellas son la parte sensata de mi locura, las que me paran los pies cuando me embalo y me dan un punto de vista que yo no había contemplado, son Catalunya y Madriz. Vosotras dos podríais gobernar el mundo. Gracias, sois mis Sam y Miranda particulares.

Las quintas, mis Marías.

María es amiga  mía desde que teníamos cinco años ( y ya han pasado algunos de eso ), es mi apoyo incondicional, desde siempre, y sabe que no hay nada que me haga sonreír más que qué pase el teléfono a mi otra María y me mande audios para desearme buenas noches y que descanse bien para ir al día siguiente al trabajo..... A ti las gracias no te las doy, a ti te las regalo, por hacerme tía de la pequeña María, por dejar que me llame tía Piluca y por dejar que me enamore de ella cada vez más.

La sexta es una mujer a la que prefiero no poner nombre.

Ella es amor, del bueno, de los que llego y me da dos besos, un abrazo que me hace sentir en casa y luego me riñe por adelgazar. Pero ella puede reñirme por lo que quiera, por que la adoro, independientemente del caos que haya alrededor, los cinco minutos de vamos a fumarnos un cigarro, me dan la vida. ¿ Cómo se puede querer tanto a una mujer con la que tengo trato hace tan poco? Pues muy fácil, ella es especial, y hace sentir así a todo lo que tiene alrededor.

Las séptimas, las chicas Muñoz.

Son siete mujeres, fuertes, valientes, de carácter, luchadoras, currantas, son mi casa, mi refugio, mis confidentes, todo, sin ellas, yo no sería la persona que soy. Nunca imaginarán lo orgullosa que estoy de ellas, de como son, de como me enseñan a ser y de la magia que desprenden.

No están todas las que son, pero sí son todas las que están. Son mujeres, héroes sin capa, con sus buenos y malos momentos, pero siempre dispuestas a sonreír y levantarse, a seguir con paso firme y no parar hasta conseguir que los suyos sean felices. Soy enormemente feliz de teneros en mi vida, de haber coincidido, de un modo u otro, con vosotras, y espero que hayáis llegado para quedaros, por que ya no concibo mi vida si dejaseis de pertenecer a ella. ¡ G R A C I A S!